El Sahara olvidado


Estos días contemplamos con horror cómo de unos disturbios en el Sahara Occidental se ha pasado a una fortísima represión por parte de Marruecos que ha desembocado en una masacre en la que han muerto decenas de personas. Muchas instituciones interesadas en cuantificar la muerte se han dedicado a esgrimir estadísticas de muertos contra la parte contraria como si del marcador de un partido se tratase. El que más muertos ponga encima de la mesa es el ganador. Me produce náuseas cuando la muerte y el sufrimiento se cosifican y pasan de ser una verdadera tragedia a una mera estadística. Aún me aterra más cuando, y perdonen que siga con el símil deportivo, le piden al árbitro que intervenga, en este caso Naciones Unidas, y éste se inhibe de la tángana, vetando Francia de manera vergonzosa una actuación más que necesaria en un conflicto que se alarga ya treinta años, creo yo bastante más de lo debido.
El Sahara pasó a ser provincia española en enero de 1958 y vivió unos diez años de relativa tranquilidad y estabilidad dentro de lo que puede considerarse estable un territorio colonizado por una cultura ajena a la nativa. Se construyeron algunas ciudades dotadas de servicios como hospitales y escuelas, y había una convivencia más que aceptable con las tribus bereberes de la zona hasta que Maruecos, una vez alcanzada su independencia de Francia comienza con reclamaciones territoriales sobre el Sahara, a las que posteriormente se une Mauritania. En 1968 se crea el Movimiento independentista de Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro que también presiona para lograr la descolonización por parte de España. Todos estos movimientos, sumados a que en 1967 la ONU recomendara asimismo dicha descolonización desembocaron en una presión sobre las autoridades españolas que, poco a poco, tras sufrir ataques cada vez más intensos(la guerra que nunca se reconoció por parte del franquismo aunque los que tuvimos familiares allí bien que sabemos de su existencia y sus muertos) y sin una infraestructura ni un apoyo político suficiente desde España, la cual daba los últimos coletazos de la debilitada dictadura de un Franco viejo y enfermo, no es capaz de controlar la situación y abandona el Sahara de mala manera tras la famosa Marcha Verde; orquestada desde el palacio de Hassan II y que, disfrazada de marcha pacifista, fue una invasión marroquí en toda regla. Los mauritanos, viendo que podían sacar tajada del pastel la apoyaron sin ambages y la ONU desestimó una vez más la iniciativa española de un referéndum durante la primavera del 75 y nos mandó al tribunal de la Haya. Los marroquíes y mauritanos, como suele ser su costumbre, se pasaron los acuerdos que acababan de firmar con España por el forro de sus caprichos y comenzaron a ocupar militarmente ciudades saharauis hasta febrero del 76. En abril se repartieron definitivamente el pastel. El Frente Polisario comienza sus ataques desde Argelia, donde tienen sus campamentos y en el 79 Mauritania firma la paz con el Polisario y devuelve sus territorios. Marruecos sigue en su tarea de colonización y levanta, del 80 al 87, un muro vergonzoso, de norte a sur, que no fue tan criticado como el que han levantado los hebreos en los territorios palestinos, aunque aquel era la Gran Muralla en comparación con éste(mide 2720 km), pero increíblemente pasó mucho más desapercibido y desde luego fue mucho menos criticado. Lo que de verdad interesaba a Marruecos era controlar la riqueza de las minas de fosfatos de Bucraá, y lo que desde luego le importaba un comino era la vida de sus ahora súbditos a la fuerza. Siguen las escaramuzas y los tira y afloja hasta que la ONU, en abril de 1991, en su Consejo de Seguridad, en su resolución 690, decidió establecer la misión para el referéndum (MINURSO, Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental), previendo la consulta para 1992. Pues hasta hoy, señores. No se llegó a celebrar.Ni siquiera la intervención de James Baker en 2003 pudo hacer posible la celebración del referéndum y eso que esta vez el Polisario aceptó. pero Marruecos se siguió oponiendo a cualquier posibilidad de independencia y ha reprimido con dureza cualquier protesta, incluso con muchos muertos encima de su espalda, como hace unos días. El gobierno español se ha mostrado tibio en este asunto pero si lo pensamos friamente, aparte de no tener un Ministerio de asuntos Exteriores solvente ni ninguna influencia en el plano internacional, ¿creen realmente que puede España ayudar a resolver un conflicto que a nadie le interesa? Los marroquíes están a partir un píñón con Francia y Estados Unidos y Europa les considera un aliado indispensable en el control y freno de la expansión de Al Qaeda en el norte de África así que ¿quién le va a toser al rey Mohammed en sus pretensiones colonialistas? ¿A quién le han interesado realmente las tribus bereberes del Sahara? A España no le interesó en su momento conservar al menos su lealtad, a Marruecos sólo les interesa exprimir sus recursos, a Mauritania no les importa nada una extensión de desierto de la que no pueden sacar tajada y occidente hace como las estatuas de los famosos monos: se tapa los ojos, las orejas y deja para mañana lo que debería hacer hoy. ¿Para qué sirve entonces Naciones Unidas? Créanme, cada vez para menos. Oir, ver y callar. está demasiado politizada. Otra cosa es que un día haya suficiente petróleo como para despertar el interés de los poderosos. Ese día les digo yo que en el referéndum ganarán las petroleras, pero al menos habrá referéndum. Mientras tanto el Sahara seguirá olvidado y nosotros lavaremos nuestras conciencias recogiendo a los niños de los campamentos para que vengan en verano a bañarse en nuestras piscinas, operarse en nuestra flamante Seguridad Social y a comer fruta para tomar vitaminas que les den fuerzas para gritar al menos un año más.

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